¿Cuándo ir por Primera vez a una Consulta Ginecológica?
No existe una edad determinada para empezar, suele ser cuando se inician las relaciones sexuales. En el caso de adolescentes sin patología y que no son sexualmente activas se podría proponer realizar una primera visita ginecológica orientativa hacia el final de la adolescencia. Porque aunque no se tengan relaciones sexuales, es el mejor momento para informar sobre cómo funciona su cuerpo, los ciclos menstruales y sobre todo, informarle sobre las relaciones sexuales y métodos anticonceptivos. Aclarar las ideas en este momento, evita problemas futuros.
¿Es aconsejable que vayas acompañada a la consulta del ginecólogo?
Hay chicas a las que esto les da mucha tranquilidad y otras que no se van a encontrar a gusto ni totalmente libres de hablar de ciertos temas delante de otra persona (ya se su madre, pareja o amiga). El ginecólogo siempre respetará el deseo de confidencialidad de la paciente en este aspecto.
¿Qué preguntas realizar al ginecólogo?
No hay que tenerle miedo al ginecólogo, hay que preguntarle sobre cualquier duda, aunque tú creas que son tonterías. Puedes preguntar sobre tu cuerpo (como se está desarrollando, si crees que alguna parte no es normal…), sobre la regla (dolor, alteraciones del ciclo, tampones, compresas…), síntomas que notes (picores, flujo, dolor de mamas…) y puedes pedirle asesoramiento sobre temas relacionados con la sexualidad y los métodos anticonceptivos.
Si se consigue transmitir a la joven paciente la sensación de que es tomada en serio y de que se puede reflexionar en su situación, entonces ya no se teme al ginecólogo/a, sino que éste se convierte en el médico de confianza, con lo que se supera la intimidad de la charla con la siguiente exploración ginecológica.
¿En qué consiste una revisión ginecológica normal?
A parte de hablar de todo lo que hemos expuesto en los puntos anteriores, el ginecólogo va a realizar una inspección visual y una exploración de tus genitales, para ello es necesario, evidentemente, desvestirse, al menos de cintura para abajo. Después debe colocarse en el sillón de exploración o mesa de exploración, este tiene unos soportes para que estés lo más cómoda posible con las piernas abiertas.
¿Qué buscamos en la revisión ginecológica?
En la exploración ginecológica, se observan la vulva y su conformación. Posteriormente hay que ver la vagina y el cuello del útero o cérvix, esto último es más difícil al estar al final de la vagina, para ello nos ayudamos de un espéculo. La introducción del espéculo en la vagina en mujeres que hayan tenido relaciones sexuales no tiene por qué ser dolorosa si la paciente está relajada. El médico será cuidadoso e irá a tu ritmo. Si ya lo hemos conseguido, podremos ver las características del cuello del útero y vagina y tomar muestras (citología, cultivos). Con sus manos el ginecólogo obtiene mucha información acerca de muchas patologías ginecológicas, explorándote conjuntamente la barriga (parte baja).
La ecografía ginecológica es la prueba de imagen idónea para una revisión ginecológica rutinaria, son ultrasonidos inocuos y con ellos observamos el útero y los ovarios. Puede realizarse vía abdominal o vía vaginal, esta última normalmente en mujeres que ya hayan tenido relaciones sexuales, es la indicada la mayoría de las veces por su mejor resolución. En función de otros factores y de la edad de la paciente, será necesaria o no la exploración mamaria.
Si no has tenido relaciones sexuales y tus síntomas requieren una exploración genital se usan espéculos llamados “virginales” (más finos que un tampón) para la exploración, la ecografía se suele realizar por vía abdominal.
En el cuidado y vigilancia de la salud de la mujer la revisión ginecológica ocupa un puesto fundamental y no debería omitirse por miedos, vergüenza o desconocimiento.
La especialidad de ginecología ofrece especialmente posibilidades de prevención y diagnóstico precoz. Se dedicará fundamentalmente a la profilaxis de las enfermedades de los órganos reproductores, para evitar una esterilidad posterior y los posibles síntomas y enfermedades ginecológicas consecuentes. Por otra parte, la prevención del embarazo prematuro y no deseado es una misión especial del ginecólogo, al igual que el tratamiento de anomalías del desarrollo en el aspecto psíquico, de alteraciones del crecimiento, anomalías orgánicas y el interés en cuestiones de higiene íntima.
En general, en las jóvenes que no tienen patología sólo se indican las revisiones periódicas en caso de que mantengan relaciones sexuales. En estos casos se realizará la anamnesis y la exploración física (incluida la citología cérvico-vaginal) orientadas hacia la prevención.
En la anamnesis sobre la historia sexual hay que incluir preguntas sobre la conducta sexual, edad a la primera relación coital, historia de abuso sexual, número de compañeros sexuales y cambios recientes de compañeros sexuales, pues estos factores están relacionados con la infección por HPV.
Es importante determinar la edad óptima para iniciar el cribado cervical. La infección por VPH es más frecuente tras el inicio de las relaciones sexuales y la mayoría de infecciones se solucionan en el plazo de 24 meses. Estas infecciones pueden producir alteraciones citológicas, la mayoría de las cuales no se asocian a lesiones de alto grado.